Odio compartir un blog, y nada más que eso. Odio que todo lo que sentimos y todo lo que hacemos tenga su código html correspondiente. Odio la inseguridad, la soledad cobarde, la supuesta legitimidad que da el fingir que escribimos para nosotros mismos. Odio que no sepamos ser felices y le echemos la culpa a la vida y a la sociedad. Odio que las manías y los sentimientos sean grupos de Facebook. Odio que estemos pasando los mejores años de nuestra vida cagándonos en todo. Odio que mis verdades de perogrullo te molesten. Odio que lo sepamos todo pero no sepamos hacer nada. Odio que lo tengamos casi todo, y nos lamentemos por el casi. Odio la cochina solidaridad con países lejanos, cuando nos importa una mierda el iglú de al lado.
Adoro estos días de primavera, el arpista callejero que me alegró la mañana con su melodía mágica, lo que he aprendido. Y hablar contigo.
2 comentarios:
Qué asco. En fin, sigamos viendo series que estamos mejor con la venda puesta.
Publicar un comentario