Tres buitres acecinados

"En el bosque sólo se escuchaba el cacuminal clamor de un buitre acecinado... "

miércoles, 23 de marzo de 2011

Soy una buitra acecinada

Como ya me patina el cerebro y desbarrar es cosa de viejos y vieja me siento, no me voy a negar el placer de escribir por escribir. Al fin y al cabo, es una libertad como poquitas cosas tenemos en este mundo. Pues ¿dónde puede usted decir lo que se le antoje? En ninguna parte.

La gente guarda sus sueños en una maleta. La maleta está siempre lista como para partir a un viaje que siempre es postergado una mañana más. Uno vuelve a casa por la noche y la maleta está donde la dejamos. Nos vamos a nuestro tedioso día a día pensando y planeando cómo sacaremos la maleta por la puerta sin ser vistos, cogeremos cualquier callejón y nos perderemos de vista para siempre. Pero volvemos por la noche y la maleta sigue al lado de la puerta. Y nosotros allí.

Estoy triste pensando en mi maleta. Parece muy sola al lado de la puerta. Creo que piensa que nunca amanecerá.

No tengo lo que hay que tener, y yo sé por qué tiene esos temores, pero le contaré un cuento como se hace con los niños para que no lloren y se duerman. Quizá un día de estos tenga la suerte de volverme loca, que se me crucen los cables y me pierda, que se me olvide completamente este maldito sentido común y entonces... romperé las cosas que no deben ser rotas y me iré.

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